FELICITACIÓN DE NAVIDAD

Gadea Gutierrez de Mesa, con ayuda de su papá: Alvaro. Nos ha entregado en mano esta mañana, la siguiente felicitación de Navidad, que no queríamos dejar de compartir con todos vosotros. Muchas gracias por el detalle, nos encanta nos hagáis llegar recuerdos tan bonitos como este! :)

FELIZ NAVIDAD A TODAS LAS QUE, DESDE LA ESCUELA DE PATINAJE DEL CCVM, ALIMENTÁIS CADA FIN DE SEMANA SU ILUSIÓN

Hace muchos años, un pequeño pueblo se quedó sin su viejo relojero, quien –inesperadamente- tuvo que cambiar, apenado, de lugar de residencia.

Cuentan, sin embargo, que ese relojero regresó a su pueblo diez años más tarde y abrió otra vez su antigua relojería. Esa misma tarde, su mostrador se llenó de todos los relojes del pueblo que, durante sus diez años de ausencia, se habían detenido.

El anciano relojero, con gran paciencia, revisó los engranajes de cada una de las maquinarias averiadas, pero únicamente uno de los relojes tenía de verdad arreglo: el reloj del maestro.

Días más tarde, el maestro volvió a la relojería y el anciano relojero le contó lo sucedido y la enorme suerte que había tenido.

El maestro, entonces, le explicó cómo ese reloj era la única herencia que guardaba de su abuelo y que el día que se detuvo le invadió una gran tristeza. Pero le reconoció también que -en lugar de olvidarlo- lo sacaba cada noche y, apenas le daba media vuelta a la tuerca, volvía a escuchar, aunque fuera solamente durante unos minutos, ese antiguo tictac que tanto le conectaba con placenteros recuerdos y sentimientos.

Después de escuchar su historia, el viejo relojero cayó en la cuenta de cómo ese pequeño y tan sencillo ritual del maestro, ese cuidar a diario de su reloj… fue lo que evitó que éste se estropeara para siempre: que mantener viva la ilusión salvó, a ese valioso reloj, de morir oxidado.

Y es que, si de verdad no esperas lo inesperado, esto nunca sucederá.

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